El Cristo con velo es una de las obras más fascinantes y misteriosas que se pueden ver en Nápoles. Cuenta la leyenda que el velo de mármol del cuerpo de Cristo es en realidad un velo de tela, transformado en roca gracias a un líquido especial inventado por el Príncipe de San Severo, ilustre alquimista. En realidad, es solo el resultado del talento de Giuseppe Sanmartino, el escultor que lo creó. Además de la estatua del Cristo Velado, la Capilla también conserva otras obras dignas de mención.
Inaugurado en 1816, es uno de los museos más importantes del mundo por la calidad y cantidad de obras que conserva. Además de contener los hallazgos de las excavaciones de Pompeya, alberga hallazgos de la época grecorromana, antigüedades egipcias y etruscas de la colección Borgia y monedas antiguas de la colección Santangelo.
Uno de los lugares más simbólicos de la ciudad es la Piazza Plebiscito, símbolo del nuevo Renacimiento napolitano. El Palacio Real fue construido justo en la plaza a fines del siglo XVI, construido para albergar al rey Felipe III en una visita de paso a Nápoles.
Si está cansado de la ciudad, disfrute de un agradable viaje en barco, llegue a la fascinante isla de Capri o la magnífica costa de Amalfi con sus aromas y colores.
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